15 de septiembre de 2020, Nueva York - La
Red mundial contra las crisis alimentarias celebró hoy un acto de alto nivel para presentar una revisión de los datos mundiales más recientes que se encuentran disponibles sobre cómo el efecto dominó de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) está causando un aumento del hambre aguda en países vulnerables que ya atravesaban crisis alimentarias incluso antes de que el nuevo coronavirus apareciera en escena. La reunión también resultó importante para que asociados que aportan recursos y actores pertinentes a nivel internacional debatieran prioridades nuevas, así como las implicaciones para la financiación y los programas, a la luz de la COVID-19.
Los nuevos datos sobre la
República Democrática del Congo, por ejemplo, revelan que el país centroafricano atraviesa actualmente la mayor crisis alimentaria mundial en cuanto al número absoluto de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda, pues registra la sobrecogedora cifra de 21,8 millones de personas. Esto se debe a que las repercusiones de las medidas de control relacionadas con la COVID-19 agravaron los factores del hambre existentes en el país, a saber, la inseguridad y el conflicto armado, una crisis económica prolongada y lluvias fuertes e inundaciones.
El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sr. QU Dongyu, declaró en el acto, celebrado en paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que resultaba esencial trabajar conjuntamente antes de que la situación se deteriorase, centrándose en los sistemas de prevención y alerta temprana, así como las medidas relacionadas con ellos.
El Sr. QU también destacó la importancia de la recopilación de datos y la "diferenciación mundial", que constituyen la base de la Iniciativa
Mano de la mano de la FAO, destinada a vincular a países desarrollados con los países más necesitados para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios y el desarrollo rural sostenible. Asimismo, señaló que la Iniciativa Mano de la mano incluía la
Plataforma geoespacial para la recopilación de datos presentada recientemente.
Para ayudar a los países y los agricultores a abordar los persistentes desafíos relacionados con la alimentación y la agricultura y a reconstruir mejor a partir de la pandemia, la FAO también ha puesto en marcha el
Programa integral de la FAO de respuesta y recuperación de la COVID-19, cuyo objetivo consiste en mitigar las repercusiones inmediatas de la pandemia fortaleciendo al mismo tiempo la resiliencia a largo plazo de los sistemas alimentarios y los medios de vida. Entre las prioridades principales se encuentra el apoyo a la población más vulnerable mediante la promoción de la inclusión económica y la protección social, así como el fomento de la resiliencia de los pequeños agricultores.
El Sr. Mark Lowcock, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, declaró en el acto paralelo de alto nivel que la crisis alimentaria actual era la mayor crisis mundial en 50 años, pero hizo hincapié en que no era demasiado tarde para emprender medidas que evitasen que el hambre aguda se convirtiera en un problema de larga duración.
Los comisarios de la Unión Europea de Gestión de Crisis, Sr. Janez Lenarčič, y de Asociaciones Internacionales, Sra. Jutta Urpilainen, pidieron una coordinación más estrecha entre actores humanitarios y de desarrollo, y garantizaron el compromiso de la Unión Europea con el fortalecimiento de la Red mundial contra las crisis alimentarias.
A continuación se indican otros oradores que intervinieron hoy: el Sr. Nick Dyer, Enviado Especial del Reino Unido para la Prevención de la Hambruna y los Asuntos Humanitarios; la Sra. Jenny McGee, Administradora Asociada de Socorro, Respuesta y Resiliencia de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional; el Sr. Peter Eriksson, Ministro de Cooperación para el Desarrollo Internacional de Suecia; el Sr. Djimé Adoum, Secretario Ejecutivo del Comité Permanente Interestatal de Lucha contra la Sequía en el Sahel; la Sra. Valerie Guarneri, Subdirectora Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos; y la Sra. Susanna Moorehead, Presidenta del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Los lugares críticos con respecto al hambre siguen empeorando
Además de la República Democrática del Congo, los mayores aumentos del hambre aguda en los últimos meses se han producido en Burkina Faso, que ha experimentado un repunte de casi el 300 % del número total de personas que padecen hambre aguda desde el inicio de 2020, así como Nigeria, Somalia y el Sudán, según
un informe de síntesis presentado hoy por la Red mundial. En el informe se proporciona información actualizada sobre los 55 países que, a principios de 2020, la Red
determinó que ya se encontraban en situación de crisis alimentaria a finales de 2019. Se han registrado aumentos acusados del número total de personas que padecen hambre aguda en el norte de
Nigeria (aumento del 73 %, hasta 8,7 millones de personas),
Somalia (aumento del 67 %, hasta 3,5 millones de personas) y el
Sudán (aumento del 64 %, hasta 9,6 millones de personas, o casi un cuarto de la población del país).
En cuanto a la prevalencia de la inseguridad alimentaria aguda entre la población de un mismo país, cuatro países (
Honduras,
Lesotho, la
República Centroafricana y
Somalia) han experimentado un aumento de más de 10 puntos porcentuales en la proporción de personas que padecen hambre aguda. En la República Centroafricana, por ejemplo, actualmente la mitad de la población total sufre un nivel tal de inseguridad alimentaria que necesita ayuda urgente.
La situación de hambre aguda también se está deteriorando en Eswatini, Haití y Honduras, según el informe presentado hoy.
Los participantes en el acto celebrado hoy destacaron que estas tendencias no solo subrayan la importancia de mantener la ayuda humanitaria para satisfacer estas necesidades, sino también la necesidad imperiosa a más largo plazo de crear sistemas alimentarios más resilientes.
La
Red mundial contra las crisis alimentarias fue fundada en 2016 por la Unión Europea, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos. Su objetivo consiste en vincular, integrar y orientar de manera más adecuada las iniciativas, asociaciones, programas y procesos normativos existentes para abordar de manera sostenible las causas profundas de las crisis alimentarias.
La inseguridad alimentaria aguda, o hambre aguda, se produce cuando la incapacidad de una persona de consumir alimentos suficientes pone su vida o sus medios de vida en peligro inmediato. Es un parámetro que se basa en mediciones del hambre extrema aceptadas internacionalmente como, por ejemplo, la
Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) y el
Cadre harmonisé. Las personas pueden pasar a una situación de hambre aguda rápidamente como resultado de perturbaciones repentinas. El
hambre crónica, de la que se informa cada año en el informe anual de las Naciones Unidas titulado
El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, es un parámetro distinto. Se refiere a cuando una persona no puede consumir alimentos suficientes para mantener un estilo de vida normal y activo durante un período de tiempo prolongado.