La sostenibilidad del algodón es clave para el desarrollo rural

El Director General de la FAO destaca la importancia de un cultivo que es “más que una simple mercancía”

El Director General de la FAO Qu Dongyu.

©Photo: ©FAO/Richard Julliard

08/10/2019
8 de octubre de 2019, Ginebra - Gestionar las políticas comerciales y los riesgos climáticos resulta fundamental para apoyar a los más de 25 millones de agricultores que cultivan algodón, subrayaron los expertos reunidos con motivo del Día Mundial del Algodón.

"El algodón representa mucho más que una mercancía: es una cultura, un modo de vida y una tradición que hunde sus raíces en el meollo de la civilización humana", aseguró el Director General de la FAO, Qu Dongyu, en un acto celebrado el lunes en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra.

"El algodón -añadió- proporciona empleo e ingresos a algunas de las zonas rurales más pobres o remotas del mundo".

El Día Mundial del Algodón se celebra por iniciativa de los países "C-4" -Benín, Burkina Faso, Chad y Malí - y tiene lugar en la OMC con colaboración de la FAO, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y otras organizaciones.

"Es fundamental que el sector algodonero cumpla con los más altos estándares de sostenibilidad en todas las etapas de la cadena de valor", señaló el Director General.

Las fibras naturales son una oportunidad

Qu intervino igualmente en un evento paralelo organizado por la FAO para debatir sobre las tendencias del mercado y las políticas para el sector algodonero, que cuenta con un volumen de negocios anual de alrededor de 50 000 millones de dólares EEUUy una producción de 25 millones de toneladas en 75 países. El comercio internacional de algodón tiene un valor estimado de 18 000 millones de dólares EEUU anuales.

El algodón supone una fuente importante de medios de subsistencia e ingresos para muchos pequeños campesinos y trabajadores rurales -incluyendo a las mujeres-, que proporciona empleo e ingresos a algunas de las zonas rurales más pobres del mundo.

En muchas regiones, el algodón es la única actividad económica viable disponible para los hogares y las comunidades rurales, en un sector del que se benefician más de 100 millones de familias en el mundo. Por ejemplo, los ingresos por la exportación de algodón ayudan a financiar el 50 por ciento de las facturas por la importación de alimentos en Malí y el 22,5 por ciento en Chad, mientras que cubren con creces el coste de las importaciones alimentarias en Burkina Faso, representando hasta el 60 por ciento de los ingresos por exportación del país.

El debate se centró sobre todo en cómo aprovechar las oportunidades que ofrece la creciente demanda de fibras naturales en los últimos años, dentro de una marcada tendencia hacia la sostenibilidad que ofrece nuevas oportunidades de mercado para las fibras de algodón. Pese a ello, las fibras naturalespierdencuota de mercado a causade la gran demanda de fibras artificiales, en particular de poliéster.

Además, existen riesgos externos debido al cambio climático.

La FAO ofrece desde hace tiempo a los países en desarrollo apoyo técnico y normativo para impulsar la productividad y crear más oportunidades en la cadena de valor del algodón. Es necesario seguir aumentando los rendimientos y la inversión y aportar innovación y normas sostenibles para impulsar los beneficios del sector algodonero.

El marco de la Cooperación Sur-Sur de la FAO también se ha aprovechado en el sector del algodón, en el que China y la India son los mayores productores y Brasil el segundo exportador después de los Estados Unidos de América.
Contactos

Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]