La FAO y la Federación de Rusia firman un acuerdo de contribución para reforzar la lucha contra la langosta del desierto y ayudar a las comunidades afectadas

La contribución de 10 millones de USD respaldará las actividades del organismo de las Naciones Unidas destinadas a contener la propagación de la langosta en África oriental

Los fondos proporcionados por la Federación de Rusia contribuirán a prestar apoyo a los medios de vida de 7 000 familias de agricultores y 6 000 familias productoras de aves de corral.

©Photo: ©FAO/Luis Tato / FAO

27/07/2020

27 de julio de 2020, Roma - La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Federación de Rusia han firmado un acuerdo de contribución por valor de 10 millones de USD destinado a impulsar los esfuerzos para controlar y eliminar la langosta del desierto en Etiopía, Kenya, Sudán del Sur y Uganda.

El acuerdo ha sido firmado hoy durante una ceremonia virtual por Beth Bechdol, Directora General Adjunta de la FAO, y Victor Vasiliev, Embajador y Representante Permanente de la Federación de Rusia ante los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma.

Al tiempo que agradecía a la Federación de Rusia "la generosa y esencial contribución a los esfuerzos de prospección y control necesarios en la lucha contra la langosta del desierto", la Directora General Adjunta señaló que, aunque se habían realizado grandes progresos para contener la propagación de esta plaga, resultaba fundamental mantener y ampliar dichos esfuerzos.

"Esta asignación de fondos por parte de la Federación de Rusia nos permitirá hacer mucho más para frenar la propagación de la langosta del desierto y mitigar la repercusión en la seguridad alimentaria y los medios de vida de los países afectados", afirmó Bechdol.

Asimismo, aseguró a los participantes que, a pesar de los desafíos planteados por la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en curso, la crisis de la langosta del desierto seguía siendo un asunto de la más alta prioridad para la FAO. 

"Esperamos sinceramente que otros asociados y donantes sigan el ejemplo de la Federación de Rusia y nos ayuden a cubrir el déficit de financiación restante", añadió. 

Por su parte, el embajador Vasiliev declaró: "La crisis compromete la seguridad alimentaria y los medios de vida de los habitantes de las zonas rurales del Gran Cuerno de África. La situación está empeorando en Asia meridional y en las zonas situadas en torno al Mar Rojo. Además, resulta evidente que la pandemia de la COVID‑19 y sus consecuencias agravan la crisis de la langosta. Al igual que los expertos de la FAO, estamos preocupados por el rápido incremento del número de langostas durante los últimos seis meses. Mi país está dispuesto a intensificar la colaboración con la FAO y sus órganos rectores a fin de apoyar esta línea de acción".

En concreto, en Kenya, los fondos proporcionados por la Federación de Rusia contribuirán a prestar apoyo a los medios de vida de 7 000 familias de agricultores y 6 000 familias productoras de aves de corral. En Etiopía, la contribución respaldará actividades de vigilancia y control aéreos mediante la contratación de vuelos chárteres y helicópteros, así como la adquisición de plaguicidas.

En Sudán del Sur, los fondos contribuirán a ampliar la vigilancia en las actividades de control terrestre, y en Uganda ayudarán a respaldar los medios de vida de 7 000 familias de agricultores y 3 000 familias de pastores mediante sistemas de riego, transferencias de efectivo y piensos, entre otras medidas.

África oriental está experimentando la mayor invasión de langosta del desierto en decenios. Esta es la plaga migratoria más destructiva del mundo, pues son insectos con una gran movilidad y sumamente voraces, capaces de consumir una cantidad de alimento igual a su propio peso cada día. Suelen atacar los cultivos alimentarios y el forraje e incluso un enjambre pequeño puede consumir la misma cantidad de alimento en un día que 35 000 personas, por lo que la langosta supone una amenaza importante para la seguridad alimentaria y los medios de vida rurales.

A principios de 2020, la situación mundial de la langosta del desierto se agravó debido a que las condiciones climáticas favorables facilitaron la reproducción difusa de la plaga en África oriental, Asia sudoccidental y las zonas situadas en torno al Mar Rojo.

En su último llamamiento de lucha contra la langosta del desierto, la FAO solicitó 311,6 millones de USD para frenar su recrudecimiento en el Gran Cuerno de África, el Yemen, África occidental, el Sahel y Asia sudoccidental. Hasta el momento, se han recibido donaciones o compromisos de donaciones por valor de 192 millones de USD, incluida la nueva contribución de la Federación de Rusia. Por tanto, existe un déficit de 119,6 millones de USD.

Si no se recibe toda la financiación solicitada en el llamamiento, los esfuerzos de control podrían ralentizarse o detenerse completamente para finales de septiembre u octubre. Esto podría provocar un nuevo repunte de esta plaga devoradora de cultivos, lo que agravaría el peligro para los medios de vida de millones de habitantes de las zonas rurales. Además de los controles, las familias vulnerables cuyos medios de vida se han visto afectados necesitan apoyo, mientras que también se deben seguir fortaleciendo las capacidades nacionales relacionadas con el seguimiento y la respuesta a la langosta del desierto.

El seguimiento, pronóstico y control de la langosta del desierto son aspectos centrales del mandato de la FAO. Su Servicio de información sobre la langosta del desierto lleva en funcionamiento casi 50 años. La presencia consolidada de la FAO sobre el terreno, su capacidad para poner en contacto a autoridades de diferentes países y sus conocimientos especializados sobre la gestión de la langosta del desierto hacen de ella un actor clave para responder a episodios de recrudecimiento como el que afecta actualmente a África oriental y partes de Asia.

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