El Director General pronuncia un discurso en un acto paralelo de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas
El acto “Transformar los sistemas agroalimentarios e impulsar el desarrollo rural inclusivo en el contexto de la COVID-19 para poner fin a la pobreza rural".
©Photo: ©FAO/
2 de diciembre de 2020, Nueva York/Roma. Las implicaciones de la transformación de los sistemas agroalimentarios para los medios de vida de la población rural en la era de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) fue el tema central de un acto de alto nivel organizado conjuntamente por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES), en colaboración con la Misión Permanente de China y la Delegación de la Unión Europea ante las Naciones Unidas.
El acto “Transformar los sistemas agroalimentarios e impulsar el desarrollo rural inclusivo en el contexto de la COVID-19 para poner fin a la pobreza rural” se celebró de manera virtual, paralelamente al período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en respuesta a la pandemia de la COVID-19.
Los participantes destacaron el papel fundamental de la agricultura para transformar la economía, garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición y poner fin a la pobreza extrema.
“Existen pruebas de que en países de ingresos bajos invertir en la agricultura, en particular en la agricultura familiar y en pequeña escala, tiene un mayor efecto en la reducción de la pobreza que invertir en otros sectores”, señaló el Director General de la FAO, Sr. QU Dongyu, quien además recalcó que el crecimiento en favor de los pobres también exigía crear trabajos fuera de las explotaciones, fomentar la diversificación económica e invertir en capital humano, salud, educación e infraestructura.
La pobreza extrema es tres veces mayor en las zonas rurales que en las zonas urbanas. Aproximadamente el 80 % de las personas que se encuentran en situación de pobreza extrema en el mundo viven en zonas rurales y la mayoría debe enfrentar un acceso limitado a recursos frecuentemente degradados. La pandemia de la COVID-19 ha agravado esta situación, exacerbando las desigualdades e incidiendo negativamente en las vidas y el bienestar de los pobres de las zonas rurales, en particular de las mujeres, los pueblos indígenas y las minorías étnicas, y los jóvenes.
El Presidente del 75.° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Sr. Volkan Bozkir, en un mensaje grabado en vídeo destacó que “en la recuperación de la pandemia de la COVID-19 debemos centrarnos en fortalecer los sistemas alimentarios locales e inclusivos para garantizar una seguridad alimentaria y una reducción de la pobreza sostenidas y resilientes. Esto comprende pasar de una perspectiva agrícola a una perspectiva agroalimentaria en la que se reconozca de manera adecuada el valor añadido de la agricultura”.
El Secretario General Adjunto del DAES, Sr. Liu Zhenmin, enfatizó la importancia de trabajar de manera conjunta para hacer frente a los desafíos inmediatos. “La coordinación internacional de los esfuerzos de respuesta y recuperación es realmente muy necesaria para luchar contra la pandemia, sacar a las poblaciones rurales de la pobreza y asegurar que nadie se quede atrás”, dijo el Sr. Liu.
El Presidente del FIDA, Sr. Gilbert F. Houngbo, hizo hincapié en que “la pandemia actual aumenta la urgencia de lograr que nuestros sistemas alimentarios sean no solo más sostenibles sino también más resilientes, así como inclusivos y justos. No puedo insistir suficientemente en la importancia de centrar nuestra atención en los productores en pequeña escala si realmente queremos acabar con la pobreza y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 1 y 2 para 2030”.
El Director de Programas de Acción Humanitaria y Desarrollo del PMA, Sr. David Kaatrud, se explayó acerca de las actividades de fomento de la resiliencia en las comunidades rurales promovidas por el PMA. “Diversos estudios han demostrado que los programas de fomento de la resiliencia son una inversión rentable con miras a reducir las necesidades y prevenir crisis. Por ejemplo, un análisis reciente del PMA estableció que cada dólar gastado en un conjunto integrado de actividades de fomento de la resiliencia en el Níger generaría un rendimiento de 3,67 dólares a lo largo de un período de 20 años”, dijo.
En su calidad de colaboradores del acto, el Representante Permanente de China ante las Naciones Unidas, Embajador Zhang Jun, y el Jefe de la Delegación de la Unión Europea ante las Naciones Unidas, Embajador Olof Skoog, ayudaron a sentar las bases para el debate en la sesión de apertura del acto de hoy.
El Embajador Zhang afirmó que “en la recuperación posterior a la COVID‑19 y en la aplicación de la Agenda 2030 debería darse prioridad a acelerar la reducción de la pobreza rural y transformar los sistemas alimentarios”. El Embajador Skoog recalcó que era urgente actuar. “En los tiempos de la COVID-19 hay algo que es claro como el agua: es urgente abordar la seguridad alimentaria y garantizar que todos tengan una nutrición adecuada”, dijo, y también subrayó las fuertes interrelaciones entre la salud de la población, la salud de las sociedades y la salud del planeta, que se reconocen en la estrategia de la Unión Europea “De la granja a la mesa”.
Aprovechar y crear oportunidades para erradicar la pobreza rural
La Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios de 2021 y las iniciativas multilaterales para reconstruir mejor tras la pandemia de la COVID‑19 ofrecen oportunidades únicas para determinar y fomentar medidas en favor de los pobres de las zonas rurales. La Iniciativa Mano de la mano de la FAO constituye un enfoque complementario, multisectorial y centrado en las asociaciones. Su finalidad es reducir la pobreza mejorando el potencial agrícola mediante la inversión en cadenas de valor innovadoras, inclusivas y productivas y la creación de capital humano.
Como señaló el Director General de la FAO, “nos quedan nueve cosechas hasta 2030 y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y debemos concienciar a más asociados de la urgencia, para que trabajen juntos a fin de comprender las necesidades de diferentes sistemas agroalimentarios en todo el mundo y aborden conjuntamente la forma de acelerar las soluciones”. De conformidad con ello, la FAO puso en marcha en julio de este año su Programa de respuesta y recuperación de la COVID-19, destinado a prevenir una emergencia alimentaria mundial durante la pandemia y después de ella, mientras trabaja en intervenciones de desarrollo a medio y largo plazo en relación con la seguridad alimentaria y la nutrición.
El acto “Transformar los sistemas agroalimentarios e impulsar el desarrollo rural inclusivo en el contexto de la COVID-19 para poner fin a la pobreza rural” fue moderado por el Economista Jefe de la FAO, Sr. Máximo Torero.
Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]