Nuevo informe de la ONU: el aumento de las emisiones de óxido nitroso pone en peligro el camino hacia los 1,5 °C, la capa de ozono y la salud humana

En la Evaluación mundial del óxido nitroso de la ONU se muestra la necesidad urgente de adoptar medidas para mitigar las emisiones de óxido nitroso para prevenir repercusiones catastróficas a nivel climático, ambiental y sanitario

Un campesino afgano sostiene en su mano fertilizante con urea. La gestión sostenible de la fertilización puede lograr que desciendan las emisiones de óxido nitroso.

©FAO/Hashim Azizi

12/11/2024

Baku (Azerbaiyán) – El óxido nitroso (N₂O), un potente gas de efecto invernadero (GEI), está acelerando rápidamente el cambio climático y dañando la capa de ozono, poniendo en peligro la meta de 1,5 °C de calentamiento y planteando una amenaza grave a la salud pública, según una nueva Evaluación mundial del óxido nitroso de las Naciones Unidas.

En esta evaluación, presentada en 2024 por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 29) en Bakú (Azerbaiyán) y publicada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se señala que las emisiones están aumentando más rápido que lo previsto y que se necesita adoptar medidas de manera inmediata a fin de frenar las repercusiones ambientales y sanitarias de este supercontaminante.

El N₂O es aproximadamente 270 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) en relación con el calentamiento del planeta y actualmente es responsable de casi el 10 % del calentamiento mundial neto desde la revolución industrial. Su emisión se origina principalmente en prácticas agrícolas, como el uso de fertilizantes sintéticos y el abono; el N₂O ocupa el tercer lugar de importancia entre los GEI y es la principal sustancia nociva para el ozono que sigue liberándose en la atmósfera.

En la actualidad, el N₂O es la sustancia nociva para el ozono más importante que se emita a la atmósfera. En la evaluación se muestra que, si se luchara de manera proactiva contra el N₂O, también se brindaría apoyo a la recuperación continuada de la capa de ozono, ayudando a evitar un futuro en el que gran parte de la población mundial se viera expuesta a niveles peligrosos de rayos ultravioletas.

Las conclusiones fundamentales de la evaluación son las siguientes:

  • En el informe se advierte que, si no se adoptan medidas urgentes frente al aumento de las emisiones de N₂O, no existe un camino viable para limitar el calentamiento global a 1,5 °C, y se proporcionan herramientas concretas para reducir las emisiones en más de un 40 % tomando como base los niveles actuales.
  • En la evaluación se muestra que en la actualidad el N₂O es la sustancia nociva para el ozono más importante que se emite, lo que implica el riesgo para gran parte de la población mundial de verse expuesta a niveles mayores de rayos ultravioletas y a un incremento de los cánceres de piel y las cataratas.
  • La adopción de medidas ambiciosas destinadas a la reducción de las emisiones de N₂O podría ayudar a prevenir hasta 20 millones de muertes prematuras en todo el mundo de aquí a 2050 debidas a la mala calidad del aire y evitar el equivalente de hasta 235 000 millones de toneladas de emisiones de CO2 de aquí a 2100.

Consecuencias y recomendaciones

Las conclusiones de la evaluación son claras: las medidas urgentes en materia de N₂O son cruciales para lograr los objetivos climáticos y, si no se realiza una reducción seria de las emisiones, no existe un camino viable para limitar el calentamiento a 1,5 °C en el contexto del desarrollo sostenible, como se detalla en el Acuerdo de París. La reducción de las emisiones de N₂O podría evitar hasta 235 000 millones de toneladas de emisiones equivalentes de CO₂ de aquí a 2100, o sea, el equivalente a seis años de las actuales emisiones mundiales de CO₂ procedentes de combustibles fósiles.

En la evaluación se determinan estrategias prácticas e intersectoriales de reducción que podrían cortar las emisiones de N₂O en más de un 40 % tomando como base los niveles actuales. Mediante la transformación de los sistemas de producción de alimentos y un replanteo de los enfoques de la sociedad relativos a la gestión del nitrógeno podrían lograrse reducciones incluso más profundas, lo que ofrece una oportunidad crucial de que el mundo llegue a sus objetivos climáticos, ambientales y sanitarios.

En la evaluación también se muestra que las emisiones de N₂O originadas en la industria química pueden reducirse rápidamente y de manera rentable. Las prácticas agrícolas e industriales inciden en el ciclo natural del nitrógeno y llevan a mayores emisiones de N₂O.

Además, una reducción simultánea de N₂O y amoníaco significaría mejorar la calidad del aire, lo que brindaría la posibilidad de evitar hasta 20 millones de muertes prematuras de aquí a 2050. Las medidas de reducción también aumentarían la calidad del agua, mejorarían la salud del suelo y protegerían a los ecosistemas de los efectos de la escorrentía del nitrógeno.

En la evaluación se subraya la necesidad de adoptar medidas inmediatas y ambiciosas para reducir las emisiones de N₂O, como parte de una estrategia más amplia de lucha contra los supercontaminantes que, junto con las iniciativas para lograr cero emisiones de CO₂ netas, pondría al mundo en el camino de cumplir con los objetivos establecidos a largo plazo en materia de clima, seguridad alimentaria y salud.

“Abordar las emisiones de N₂O es esencial para garantizar una agricultura sostenible, inclusiva y resiliente que, simultáneamente, ayude a los países a logar sus objetivos en materia de clima y seguridad alimentaria. Como se muestra claramente en la evaluación, siempre hay maneras de producir más con menos, mejorando la eficiencia en el uso del nitrógeno en la agricultura y reduciendo su aplicación excesiva”, dijo el Sr. Kaveh Zahedi, Director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO.

“La reducción de las emisiones de N₂O podría evitar hasta 235 000 millones de toneladas de emisiones equivalentes de CO₂ de aquí a 2100”, afirmó el Sr. David Kanter, Profesor Asociado de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York y Codirector de la evaluación. “Esto equivale a seis años de las actuales emisiones mundiales de dióxido de carbono procedentes de combustibles fósiles”.

“Un enfoque que considere una gestión sostenible del nitrógeno no solo reduce las emisiones de N₂O, sino que también impide la liberación de otros componentes dañinos del nitrógeno”, dijo el Sr. A. R. Ravishankara, químico y científico de la atmósfera de la Universidad Estatal de Colorado y Codirector de la evaluación. “Esto podría mejorar la calidad del aire y el agua, proteger los ecosistemas y salvaguardar la salud humana al tiempo que se mantiene la seguridad alimentaria”.

“La capa de ozono es fundamental para la vida sobre la Tierra. Durante decenios, las Partes en el Protocolo de Montreal han trabajado arduamente para salvaguardarla. En la evaluación se pone de relieve la necesidad de una vigilancia, un compromiso y unas medidas continuadas para que la capa de ozono se recupere lo más pronto posible y llegue a los niveles que tenía antes de 1980”, dijo la Sra. Megumi Seki, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Protocolo de Montreal del PNUMA.

“En la evaluación se hace sonar una alarma sobre un supercontaminante relativamente olvidado, que contribuye en gran medida al cambio climático y la contaminación del aire”, sostuvo la Sra. Martina Otto, Jefa de la Secretaría de la Coalición Clima y Aire Limpio, convocada por el PNUMA.

“Usando las herramientas de reducción que se destacan en la evaluación, de las que ya disponemos, podemos ofrecer múltiples beneficios para el clima, el aire limpio y la salud”, agregó.

Sobre la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC)

La Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC), convocada por el PNUMA, es una asociación formada por más de 180 gobiernos, organizaciones intergubernamentales y organizaciones no gubernamentales. Su labor apunta a reducir los potentes supercontaminantes que impulsan tanto el cambio climático como la contaminación del aire. Su objetivo es conectar el establecimiento de programas ambiciosos con medidas de mitigación específicas dentro de los países y los sectores. Fundamentada en la ciencia y los análisis sólidos, y con el respaldo de su fondo fiduciario, la CCAC ha suscitado un compromiso político de alto nivel, respaldo en los países y una serie de herramientas que apoyan la acción y la aplicación.

Sobre el Sistema Internacional de Gestión del Nitrógeno

El Sistema Internacional de Gestión del Nitrógeno es un proceso de apoyo científico a escala mundial con miras a la elaboración de políticas internacionales en materia de nitrógeno. Lo aplica el PNUMA con financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. El proceso del Sistema Internacional de Gestión del Nitrógeno es hospedado por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido (UKCEH), que es un asociado colaborativo del PNUMA, y está respaldado por un memorando de entendimiento entre ambas organizaciones. En 2025 el Sistema Internacional de Gestión del Nitrógeno publicará la “Evaluación internacional del nitrógeno” en la que se elaboraron los escenarios de reducción de nitrógeno de baja y alta ambición que contribuyeron a la Evaluación mundial del óxido nitroso.

Sobre la Secretaría del Ozono del Protocolo de Montreal

La Secretaría del Ozono del Protocolo de Montreal tiene su sede en Nairobi (Kenya), dentro del PNUMA. Es la Secretaría de dos tratados o acuerdos de protección del ozono muy importantes: el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono y el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. Ambos desempeñan una función principal en la protección de la capa de ozono y la reducción de su agotamiento, protegiendo a su vez el medio ambiente. La misión de la Secretaría es facilitar la aplicación eficaz del Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal y sus enmiendas.

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