Nuevos datos revelan que la escalada de violencia ha llevado a la hambruna a algunas zonas del norte de Darfur
Una pequeña agricultora delante de su casa en la aldea de Al-Mugatta’a Al-Souq, en la localidad sudanesa de Al-Fashaga Al-Sughraa.
©FAO/Mahmoud Shamrouk
Roma – En respuesta a los alarmantes nuevos datos que confirman las condiciones de hambruna en algunas zonas de Darfur, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) urge al cese inmediato de las hostilidades y a ampliar rápidamente la ayuda alimentaria, nutricional y en efectivo para salvar vidas, así como la ayuda agrícola de emergencia. Esto es fundamental en las zonas afectadas por el conflicto para hacer frente a las necesidades inmediatas y evitar que el riesgo de hambruna aumente y afecte a otros lugares del Sudán.
El Comité de Evaluación de la Hambruna de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) ha llegado a la conclusión de que en el campo de desplazados internos de Zamzam —que alberga a 500 000 desplazados internos en las afueras de la ciudad de El Fasher, en Darfur— se están dando condiciones de hambruna.
El Sudán está sumido en una crisis de seguridad alimentaria sin precedentes y se enfrenta a los peores niveles de hambre jamás registrados por la CIF en el país, así como a la mayor crisis de desplazados internos del mundo. La escalofriante cifra de 755 000 personas se enfrenta actualmente a niveles catastróficos de hambre aguda (Fase 5 de la CIF) —la peor forma de hambre—, mientras que un total de 25,6 millones de personas experimentan niveles altos de hambre aguda (Fases 3 de la CIF y superiores).
“Somos testigos de espantosas condiciones de hambruna en partes del norte de Darfur y de un creciente riesgo de hambruna en otros asentamientos y zonas afectadas por el conflicto, en especial en Darfur, Kordofán del Sur, Jartum y Al Jazirah”, aseguró el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO. “Hemos alertado sobre esta catástrofe en ciernes, pero, debido al conflicto en curso y a las limitaciones en el acceso de los que brindan ayuda humanitaria, estas comunidades no reciben apoyo con la urgencia necesaria. Es esencial que se adopten medidas oportunas de forma concertada para evitar que se desencadene una catástrofe aún mayor. La hambruna puede detenerse, pero el cese inmediato de las hostilidades es un primer paso esencial. La paz es un requisito previo para la seguridad alimentaria, y el derecho a la alimentación es un derecho humano básico”.
El Sudán depende en gran medida de la agricultura, ya que casi el 65 % de su población está involucrada en este sector. Y son este sector, los medios de vida rurales y los sistemas agroalimentarios los que están en primera línea del conflicto, sufriendo graves daños y perturbaciones, con consecuencias en cascada y preocupantes para la seguridad alimentaria y la nutrición.
Es probable que la situación se vea agravada aún más por las precipitaciones y las temperaturas superiores a la media que se prevén en los estados del sur y centro del Sudán debido a las condiciones previstas de La Niña entre agosto y septiembre. Las posibles inundaciones pueden incrementar el riesgo de pérdidas adicionales de cosechas y ganado, mientras que las limitaciones en el acceso de los que brindan ayuda humanitaria están empeorando el suministro de alimentos y aumentando el riesgo de hambruna grave, según advierte la FAO.
La FAO y sus asociados lideran los esfuerzos multisectoriales para prevenir una escalada de la hambruna en todo el país. Aunque ampliar la ayuda alimentaria y en efectivo para salvar vidas es crucial para aquellos que se enfrentan a una grave escasez de alimentos, esto de por sí solo no puede cubrir las carencias causadas por el descenso de la producción local de alimentos. Para hacer frente a esta situación, la FAO está distribuyendo semillas a 1,2 millones de familias campesinas para la temporada principal de siembra, que comenzó en junio. La campaña se centra en la distribución de semillas a cerca de 6 millones de personas en todo el país, incluyendo las regiones de Al Jazirah, Nilo Azul, Nilo Blanco, el Gran Darfur y Kordofan, donde los niveles de inseguridad alimentaria son más altos. Gracias a una plena implementación, la campaña de semillas de la FAO permitirá a los agricultores recolectar una cosecha que se prevé que será entre 2,4 a 3,6 millones de toneladas de sorgo.
Las intervenciones fundamentales en ganadería, pesca y protección social siguen además contando con financiación insuficiente. La FAO está aportando servicios veterinarios vitales y se plantea proporcionar suministros de emergencia para la ganadería y la pesca, lo que es esencial para preservar la principal fuente de nutrición e ingresos para millones de personas, mitigar las crecientes tasas de malnutrición entre los niños y estabilizar los medios de vida en medio de la escalada de la crisis.
En lo que va de 2024, la FAO y sus asociados han vacunado a más de 2,7 millones de animales contra enfermedades comunes del ganado, llegando a más de medio millón de hogares pastoriles y agropastoriles. Está previsto que otros 2,5 millones de animales reciban apoyo veterinario durante la temporada de invierno (de noviembre a febrero), beneficiando a un total de 170 000 hogares.
No debemos esperar a que se declare una hambruna
Es necesaria la adopción de medidas urgentes, así como su ampliación, no solo para invertir la impresionante situación de hambruna en Darfur, sino también para ayudar a las comunidades que sufren inseguridad alimentaria aguda en todo el Sudán. Hay que satisfacer sus necesidades inmediatas y reforzar sus medios de vida para que sean resilientes ante los conflictos y las perturbaciones climáticas y económicas, preparándolas para lo que venga. La comunidad internacional no puede esperar a que se declaren hambrunas, sino que debe actuar a gran escala y con urgencia cuando las alertas sirvan de factor desencadenante para tomar medidas.
Irina Utkina Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 52542 [email protected]
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