Género

“Mi tierra es mi vida”

La pandemia de COVID-19 y las subsiguientes medidas de contención -que incluyen el cierre de las fronteras y una disminución de la actividad comercial-, han agravado el impacto de la grave crisis económica que el Líbano ha sufrido desde finales de 2019.

Con la ayuda de un proyecto de la FAO para mejorar sus tierras, Afaf ha comenzado a cultivar melones y otras hortalizas. ©FAO/Ralph Azar

18/09/2020

Afaf Qaddouh había ayudado a su padre a trabajar sus tierras en Zawtar El Sharkiyeh, en el sur del Líbano, desde que era niña. Cuando su progenitor falleció, ella las heredó. No sabía entonces lo importante que sería esta herencia para ella.

En 2019, Afaf fue despedida de su empleo en el municipio de su pueblo. Como mujer soltera en el Líbano, era difícil encontrar otro trabajo. La agricultura pasó a ser crucial para obtener ingresos.

Sin embargo, Afaf sabía que iba a tener que invertir en mejorar la productividad de su explotación si quería que se convirtiera en su medio de vida. Al no contar con fondos para esta inversión de su propio bolsillo, buscó ayuda en un proyecto de la FAO.

El proyecto, financiado por el Reino de los Países Bajos e implementado por la FAO, opera en todo el Líbano para ayudar a los agricultores a hacer que sus tierras sean productivas e invertir en sus infraestructuras agrícolas, incluida la construcción de depósitos de agua para el riego. Dado que el Líbano alberga a gran número de desplazados de Siria, el proyecto busca también crear oportunidades de empleo para ellos, así como para los libaneses de las comunidades de acogida.

Las mujeres campesinas son pocas y se enfrentan a más retos que los hombres, por lo que se les dio prioridad en las solicitudes de financiación. Hasta la fecha, han participado en el proyecto 254 mujeres.

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