5 maneras en que podemos apoyar a las jóvenes para que lideren la transformación rural
Si queremos alcanzar #ZeroHunger y terminar con la pobreza rural, no podemos permitirnos dejar atrás a las jóvenes mujeres rurales. Las mujeres representan alrededor del 43 por ciento de la fuerza laboral agrícola, pero aún más de su potencial.
Parte de la transformación rural inclusiva consiste en garantizar un mejor acceso a las oportunidades de empleo para las mujeres, tanto dentro como fuera de las explotaciones agrícolas. ©FAO/Heinz Plenge.
Para miles de millones de personas en todo el mundo, la transformación rural significa nuevas oportunidades. A medida que la agricultura pasa de ser mayormente de subsistencia a una actividad que genera ingresos, y de ser tradicional a más moderna, el sector rural está experimentando un gran desarrollo de los medios de vida y de las oportunidades.
Un mejor acceso a los conocimientos y las herramientas significa una agricultura más productiva, y este incremento de productividad en las explotaciones implica más recursos para la educación, la sanidad y otros ámbitos. Mediante la transformación rural, la población rural puede impulsar el crecimiento económico, luchar contra el hambre y sacar a sus propias comunidades de la pobreza.
Sin embargo, para aprovechar este potencial, la transformación rural debe ser inclusiva. En la actualidad, las mujeres –y en especial las jóvenes– no gozan de todas las oportunidades que puede ofrecer esta transformación. Las jóvenes rurales suelen enfrentarse a obstáculos adicionales que otras personas que viven en la pobreza no tienen: menos educación, menos oportunidades de empleo y expectativas culturales más limitadas. Es necesario que las políticas aborden estas disparidades para que la transformación rural tenga en cuenta las necesidades de las jóvenes.