Género

Una madre soltera, maestra y agricultora de Guyana encuentra el equilibrio trabajando arduo

Patricia comenzó a trabajar en la agricultura para ayudar a hacer frente a los gastos de su familia, porque su sueldo como maestra no era suficiente.

Patricia, una ocupada madre soltera, maestra y agricultora en el suroeste de Guyana, utiliza la casa de sombra proporcionada por un proyecto de la FAO Climate-Smart para complementar sus ingresos por enseñanza y satisfacer las necesidades de su familia. ©

27/01/2021

Gestionar una granja es difícil. Ser madre soltera es difícil. Ser maestra a tiempo completo es difícil. Ser agricultora, madre soltera y maestra es algo “fuera de serie”, como dice Patricia Persaud, pero estar ocupada le aporta equilibrio y la consuela, evitándole el estrés por la separación de su marido: “Vivo sin estrés, me mantengo activa y cuento con estabilidad financiera”, exclama.

Patricia comenzó a trabajar en la agricultura para ayudar a hacer frente a los gastos de su familia, porque su sueldo como maestra no era suficiente. Todos los días de la semana, de 6.30 a 8.00 por la mañana y a partir de las 17.00 por la tarde, y los fines de semana y días festivos, ella y sus hijos se ocupan de sus cultivos comerciales de col china “pak-choi”, gombo, pimienta, pepino y col.

Patricia vive en Parika Back, una comunidad rural del suroeste del país donde la mayoría de las personas provienen de familias de agricultores y los medios de vida dependen de la agricultura en pequeña escala. Allí, la gente está estrechamente vinculada con la vida agrícola o, como dicen en Guyana, “llevan la agricultura en la sangre”.

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