Estrechando lazos en el trabajo en Bamiyán (Afganistán)
Para las mujeres, uno de los elementos más importantes del proyecto son los grupos de capacitación en el ámbito de la cría de ovejas, constituidos en el marco del proyecto y dirigidos por las mujeres mismas.
El ganado que Khadija recibió en el marco de un proyecto de la FAO, se ha convertido en un auténtico salvavidas para ella y su familia, y la ha ayudado a integrarse en la comunidad femenina. ©FAO/Rahman Shadan
La zona de Bamiyán, en la parte central del Afganistán, está situada en plena Ruta de la Seda y solía ser un punto estratégico de descanso para viajeros y mercaderes. Constituía un lugar de confluencia de culturas y llegó a ser un centro del budismo, pero hoy es más conocido por sus majestuosas montañas, exuberantes huertos frutales, amplios terrenos de labranza y abundantes tierras de pastoreo. De hecho, muchos de sus habitantes, como la Sra. Khadija Hashemi, crían ovejas y cabras.
Mientras que los hombres realizan la mayoría de las tareas agrícolas, son las mujeres quienes cuidan del ganado. Sin embargo, a raíz del carácter solitario de esta actividad es raro ver a las mujeres del Afganistán trabajar juntas en comunidad. El proyecto “Seguridad alimentaria y de los medios de vida de los hogares”, financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, tiene como finalidad cambiar esta situación, logrando que las mujeres se reúnan, estimulen sus conocimientos y recauden ingresos no solo para sus propias familias, sino para toda la comunidad.
Las criadoras de ganado participan y estrechan lazos en reuniones grupales, donde pueden intercambiar opiniones, compartir experiencias y aprender nuevas técnicas, así como mantenerse en contacto con sus parientes y seres queridos.