La devoción de una siria por sus nietos, su tierra natal y su granja
A pesar de los 10 años de crisis, Fiya está decidida a permanecer en su tierra natal, Siria.
Al vivir en una zona de conflicto, Fiya ha tenido dificultades para acceder a los materiales agrícolas que necesita para ganarse la vida y proporcionar alimentos a su familia. Un proyecto de la FAO la está ayudando a ella, y a muchos otros, a seguir manteniéndose a pesar del conflicto. ©FAO/Daraa/Mohammed Nammour
Una crisis de casi 10 años de duración en Siria ha afectado a gran parte de la población del país. Muchos han muerto o han tenido que ser desplazados, huyendo de los combates. Otros, como Fiya Hassan, de 66 años de edad, y su familia, perdieron sus hogares y sus medios de vida. La casa de Fiya se quemó durante los enfrentamientos armados, pero ella no podía soportar dejar su tierra natal: los recuerdos de tiempos más felices, con sus hijos creciendo en su patio trasero, eran demasiado fuertes. En cambio, ella y su familia reconstruyeron las partes destruidas de su casa y decidieron quedarse, con la esperanza de un futuro mejor.
Fiya encabeza su familia y tiene ocho nietos, que viven en el subdistrito de Ibtaa, en el suroeste de Siria. Siempre ha dependido de la agricultura para obtener suficientes ingresos, así como para proporcionar alimentos a su familia. Sin embargo, desde que comenzó el conflicto en 2011, obtener los insumos agrícolas necesarios se ha vuelto cada vez más difícil debido a la violencia constante, la crisis económica y la fluctuación cambiaria. Estos problemas han impedido que miles de agricultores como Fiya puedan mantener sus medios de vida.
Una solución en explotaciones en pequeña escala
Según los datos del Humanitarian Needs Overview 2019, más de 9,3 millones de personas en Siria están expuestos a situaciones de inseguridad alimentaria. La FAO presta apoyo a las familias rurales que viven en Siria y que, debido al conflicto, no han podido acceder a las semillas, las herramientas y los fertilizantes necesarios para seguir cultivando y alimentando a sus familias. Como consecuencia de esa dificultad —además de otros problemas como los artefactos explosivos sin detonar en algunos campos, los elevados costos del transporte y las limitadas oportunidades de comercialización—, los agricultores no han podido mantenerse por sí mismos y muchos dependen de la distribución de alimentos para satisfacer sus necesidades diarias. Para hacer frente a esta situación, la FAO, gracias a la contribución financiera de Kuwait, ha suministrado a 3 000 familias rurales de las gobernaciones de Daraa y As-Suwaida plántulas de hortalizas de temporada, fertilizantes y herramientas para que puedan volver a cultivar.