Empoderar a los habitantes del desierto en Irán
Al igual que muchos de sus vecinos, antes de entrar en contacto con el proyecto, Fatemeh y Abolghasem apenas podían llegar a fin de mes.
Trabajando en familia para ganarse la vida de manera digna. ©FAO/Emir Khaleghiyan
No hace mucho Abolghasem, residente de 36 años de edad de la localidad de Se-Qale, en la provincia oriental de Jorasán del Sur, se dedicaba a extraer piedras negras para adoquinar las calles que adornan las ciudades. Aún trabaja con piedras, pero las multicolores que adornan a las personas.
“Me pagaban menos de 500 000 IRR (menos de 5 USD) por día por trabajar en las zanjas de una mina de grava en medio del desierto (con un plan de empleo precario). Ahora, con toda la capacitación y apoyo, puedo ganar más de 1 700 000 IRR (17 USD) por día con facilidad. Y además trabajo sin moverme de mi casa”.
Fue su mujer, Fatemeh, la que alentó en un principio a Abolghasem a seguir el curso de lapidación de gemas organizado en el marco del proyecto de la FAO de Rehabilitación de paisajes forestales y terrenos degradados. “Fui la primera en inscribirme... hace unos tres años”, dice Fatemeh. “La profesión de lapidario me parecía interesante, con perspectivas prometedoras, y se lo dije a mi marido”.
Entre el curso y el préstamo otorgado por el comité encargado del Fondo de la Aldea, que también recibía apoyo en el marco del proyecto, marido y mujer adquirieron todos los conocimientos especializados y los equipos necesarios para poner en marcha su empresa de piedras preciosas.