Del huerto a un “pequeño imperio comercial” en Somalilandia
Hoy en día, Istaahil es una mujer de negocios, que utiliza alrededor del 80 %de las frutas y hortalizas que cultiva para suministrar alimentos al restaurante.
Como empresaria, Istaahil diversificó y aumentó sus ingresos con la apertura de un quiosco y un restaurante, usando cerca del 80 % de los productos que cultiva en su huerto. ©FAO/Isak Amin
Istaahil Mohamed está de pie junto al fogón de su pequeño restaurante y llena un plato con arroz recién cocinado en una olla. Originaria de la aldea de Ceel Xumo en el distrito de Burao, en Somalilandia, Istaahil ha recorrido un largo camino para poder servir esta cucharada de arroz en su propio negocio. Ha creado, es propietaria y gestiona tanto el restaurante como el quiosco que se encuentra al lado, partiendo de una exitosa empresa agrícola que inició hace tres años con el apoyo de la FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Hoy en día, a través de este próspero “pequeño imperio” —como lo denomina Istaahil—, esta mujer de 40 años y madre de cuatro hijos es capaz de mantener a su familia y pagar las cuotas escolares de los niños.
Atreverse con la agricultura
Istaahil y su familia solían depender del ganado, y llegaron a tener hasta 20 cabras. Pero después de morir todos los animales tras las graves sequías de 2016-17, decidió dedicarse a la agricultura.
A pesar de tener pocos conocimientos agrícolas, Istaahil vio en ello una oportunidad para mantener a los suyos, aunque no era nada fácil. Todavía recuerda haber llevado a la espalda bidones de agua para regar su pequeña explotación. Durante los dos primeros años, sólo podía producir lo suficiente para la subsistencia de su familia.