Aprovechando el talento de la juventud rural en Guatemala
En Guatemala, los jóvenes suelen tener empleos precarios en la economía rural informal y ganando la mitad del salario mínimo nacional. Como consecuencia, cada vez es más frecuente que muchos jóvenes traten de emigrar a zonas urbanas o al extranjero para g
“El proyecto está generando un cambio en mi vida y en la vida de mi comunidad, de la cual ahora me siento orgullosa,” afirma María.
Para abordar este desafío, el programa Enfoque Integrado de País (ICA) para la promoción del empleo rural decente ha estado implementando diferentes actividades coordinadas en zonas proclives a la migración en Guatemala, con el objeto de empoderar a los jóvenes como emprendedores y agentes de desarrollo económico en las áreas rurales.
Una de las iniciativas implementadas como parte del programa en Guatemala es La factoría de trabajo, una especie de laboratorio, donde se ayuda a los jóvenes a iniciar actividades empresariales centradas en la comunidad. Allí se ha impartido capacitación durante tres meses sobre habilidades empresariales y desarrollo local a 60 mujeres y hombres de edades comprendidas entre los 20 y los 30 años procedentes de zonas susceptibles a la migración: Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango y Totonicapán.
“A menudo, en mi comunidad se toman decisiones muy duras, como el envío de niños o incluso bebés al extranjero. Todo el mundo emigra: jóvenes, adultos e incluso familias enteras”, explica María Chum Pastor, una de las jóvenes involucradas en La Factoria.
María es una joven de 26 años de Climentoro, municipio de Aguacatán. Gracias a esta iniciativa, ha diseñado, junto a su comunidad, un proyecto empresarial multisectorial, que se centra en la ganadería, la producción y la comercialización de quesos, patatas y verduras, y la elaboración de fertilizantes orgánicos. Esto le permitirá mejorar los medios de subsistencia agrícola de su familia, crear una cooperativa y facilitar el establecimiento de 10 a 15 microempresas en su comunidad.