Género

Trabajadora de la sal, cuidadora y pescadora

Cuando hacerlo todo no basta, las transferencias de efectivo de la FAO tienden un salvavidas a las familias en Sri Lanka

Susila Kanthi es una de las pocas pescadoras en activo que trabaja en uno de los mayores distritos pesqueros de Sri Lanka. Tras 27 años en el oficio, se ha ganado el respeto y el apoyo de su comunidad.

©FAO/Roar Media

21/12/2023

Situada en un trozo de tierra mayormente improductivo en Puttalam, la casa de Susila Kanthi linda por un lado con una gran fábrica de producción de sal y por el otro con una extensa laguna. Cada sábado por la tarde, Kanthi coge su red y su remo y sale a pescar en la laguna de Puttalam. No vuelve a su hogar hasta la mañana siguiente, transportando las capturas realizadas durante la noche.

Después de casi 27 años en el oficio de la pesca, Kanthi, ahora con 57 años de edad, es aún una de las pocas pescadoras en activo que trabajan en uno de los mayores distritos pesqueros de Sri Lanka. Al tratarse de una actividad que exige pasar mucho tiempo lejos del hogar y de la familia, la pesca se ha considerado tradicionalmente un trabajo de hombres.

“Soy la única mujer que trabaja en la industria pesquera en Palaviya. Hay otras mujeres que pueden manejar embarcaciones, pero no salen a pescar”, señala Kanthi.

Kanthi empezó a practicar la pesca con su marido. Era mutilado y necesitaba ayuda para pescar.

“Solía salir a pescar cuando mi marido vivía y aprendí de él, por lo que continué con el oficio”.

Cuando murió su marido hace cinco años, Kanthi se convirtió en el principal sostén de su familia, manteniendo a su madre (postrada en cama), hija, nieta, nieto y yerno, que también es pescador, pero cuyos ingresos por sí solos no bastan para sustentar a la familia.

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