La cadena de suministro de productos básicos agrícolas es una red compleja que conecta el sistema de producción con el consumidor a través de una serie de operaciones: producción, fabricación, envasado, distribución, comercio minorista y almacenamiento. Al mismo tiempo, la cadena de suministro conecta a las empresas que proporcionan insumos, como semillas y fertilizantes, con los productores.

Las crisis externas –como los desastres naturales, los conflictos y las enfermedades– son una amenaza para el funcionamiento de las cadenas de suministro agrícola. Por ejemplo, los efectos de la pandemia de COVID-19 en la alimentación y la agricultura alteraron las cadenas de suministro agrícola y aumentaron la inseguridad alimentaria al socavar los medios de vida y la capacidad de acceso a los alimentos de millones de personas. A medida que se desarrolló la pandemia de COVID-19, se prestó considerable atención a la resiliencia de las cadenas de suministro agrícola en tiempos de crisis.

En un esfuerzo por brindar asesoramiento basado en la evidencia, y con el apoyo del gobierno japonés, la FAO investigó los impactos de la crisis de COVID-19 y los desastres naturales en las cadenas de suministro y los mercados agrícolas, incluidos los de frutas y verduras, cacao, algodón y productos lácteos, y preparó las Guidelines for increasing the resilience of agricultural supply chains. Estas directrices se basan y complementan  El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2021–Lograr que los sistemas agroalimentarios sean más resilientes a las perturbaciones y tensiones, escrito en el contexto de la llamada a acciones concretas realizada por la primera Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios  en septiembre de 2021.